uando se barajó la posibilidad de colocar su nombre en una de las estrellas que jalonan el pavimento de Hollywood Boulevard, George Hurrell rechazó el homenaje. “No quiero estar en una acera. Ya me ha pisoteado y pasado por encima suficiente gente en Hollywood”. Para entonces, el fotógrafo había saboreado dos veces la fama, el dinero y el éxito, con un largo interludio de anonimato, estrecheces y humillación. Durante sesenta y siete años de carrera, Hurrell (1904-1992) nunca dejó de autoengañarse con la idea de que la fotografía iba a ser un trabajo temporal, algo con lo que pagar las facturas hasta retomar, algún día, su vocación de pintor. Ese día nunca llegó. Pintaba algún que otro paisaje en
GEORGE HURRELLEL CREADOR DE ESTRELLAS
Apr 17, 2024
4 minutos
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