asta no hace mucho, ser cantante significaba tener una buena voz y, a veces, una cara bonita. Pero eso ya no es suficiente si se llega a la cumbre. Como casi todas las tendencias, la de las estrellas de la música que convierten sus conciertos en todo un espectáculo procede de Estados Unidos y tiene en artistas como Taylor Swift el modelo a seguir. La cantante y compositora estadounidense, elegida por la aún influyente revista semanal como Persona del año 2023, estrenó en octubre la película documental , que resume y recrea los conciertos que ha ofrecido en su gira Eras Tour, de una exigencia física intensa: conciertos de más de tres horas de duración en los que Swift no tenía casi descanso –quizá solamente en sus cambios de vestuario–, alternando bailes enérgicos y carreras de un lado a otro del escenario. Y todo ello mientras canta a pleno pulmón. Se preparó, como contaba a la revista en su artículo de portada, como si lo hiciera para unos Juegos Olímpicos: "Todos los días corría en la cinta cantando toda la lista de canciones en voz alto. Corría rápido para las canciones
LA FUERZA DETRÁS DE LA VOZ
Apr 18, 2024
7 minutos
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