La IA puede hacer lo que quieras con una foto. Cosas brillantes. Sin poros. De película. Si usas una red social, lo estarás viendo día tras día. Personas que antes parecían reales ahora son perfectas,, una web que las perfecciona. En mi lote había una mezcla de tomas de cuerpo entero y en primer plano, con ropa sencilla y en entornos poco llamativos. Minutos más tarde, estaba mirando a una mujer que se asemejaba a mí… con un pecho de copa C, un pelo de anuncio y una mirada arrebatadora. El escenario había cambiado: estaba en un viñedo italiano, la Torre Eiffel, Wimbledon… Es cierto que con ellas coseché más éxito en las de citas, aunque sólo ligeramente. No lo digo con arrogancia: más bien se trata de que nadie se fijó mucho en mi imagen. A ningún chico le importaba o ninguno se dio cuenta de que mi parecía bastante interesante. No comentaban mi elegante estilo de vida, y la mayoría de las veces buscaban la manera de centrar en ellos la conversación. Cuando llegué al siguiente nivel, el de conocernos en persona, tampoco ocurrió nada, salvo que yo me sentía mucho más cohibida que de costumbre, preocupada por decepcionarlos con mi yo real. Pero no: alguno quiso volver a verme. Me pregunto si todos estamos tan acostumbrados a las versiones retocadas de nosotros mismos y de los demás que nos hemos vuelto insensibles o, peor aún, indiferentes. Al final, por cierto, no repetí segundo encuentro con nadie. Me disgusta que no presten atención a los detalles.
