Seguramente has escuchado hablar del festival Burning Man. Si no has ido, al menos has sido testigo de las impactantes fotografías que muestran a miles de burners con vestimentas eclécticas bailando en las dunas, acampando en medio de caravanas temáticas y desplazándose en bicicletas con leds a través de tormentas de arena y monumentales obras de arte, en lo que pareciera ser una fiesta interminable.
Las imágenes, dignas de una película de ciencia ficción, retratan lo que sucede en la aclamada “playa” donde las fronteras entre la audiencia y el escenario, el día y la noche, la realidad y la fantasía se fusionan para dar cabida a cualquier forma de expresión artística en lo que podría definirse como una utopía social.
Más allá de una festividad desafiante, Burning Man es uno de los espacios