El clan de los Bárcidas tenía sólidas raíces en la poderosa oligarquía que gobernaba Cartago desde hacía siglos. Su apellido «Barca», aunque más bien es un apodo, en varios idiomas semíticos significa rayo, relámpago, destello, etc. A lo largo de la historia muy pocos linajes han marcado con un sello tan inconfundible el tiempo que les tocó vivir.
Algunos autores defienden la teoría de que provenían de una familia púnica emigrada a Cartago desde Cirene, población ubicada en la actual Libia. Sabemos con certeza que los Barca, a mediados del siglo iii a. C., eran ya un influyente clan de la nobleza de Cartago, que pugnaba con otros por conseguir los mayores niveles de riqueza y prestigio posibles. Nada distinto de lo que sucedía entre la élite de las ciudades clave del momento: Atenas, Siracusa, Marsella o la propia Roma. Muchos de sus más destacados miembros como Amílcar y su yerno Asdrúbal el Bello, o los hijos del primero (Aníbal, Asdrúbal y Magón) dieron su sangre y dedicaron sus vidas a hacer más grande y fuerte tanto a su familia como a la república que representaron: Cartago.
Entre el 264 a. C. y el 146 a. C. dos ciudades, Roma y Cartago, se jugaron su propia existencia