tenemos que remontarnos hasta 1986 para encontrar los orígenes del Swift Sport. Cierto es que, por aquel entonces lucía las siglas GTi pero, en esencia, el concepto era muy parecido. Un coche de reducidas dimensiones, un peso ligero y un motor con potencia de sobra para poder divertirnos de lo lindo al volante. Después de varias evoluciones, fue en 2005 cuando se presentó el Swift Sport. Esta versión se impulsaba gracias a un motor 1.6 de 125 CV y pesaba poco más de mil kilos –por los 101 CV y 746 kg del modelo de 1986–. En 2012 llegó una nueva entrega, donde la potencia aumentó hasta los 136 CV, con los que era capaz de alcanzar los 195 km/h de velocidad máxima. En 2018 llegó
