DALE, DALE, DALE. No, no. Frena, frena. No tanto. Acelera más. Vas por debajo… Ahora por encima. Bien, así. Pero ojo, que tenemos un cruce a 500 metros y vas a tener que frenar. Mejor písale un poco. Espera, que no sé si es el camino bueno. Ah, sí lo es, sigue, sigue. Pero frena, que vas rápido.
Y todo para mantener una velocidad media que rara vez se acercaba a los 30 km/h. No sé si esta parrafada que acabas de y no por ello menos agradable y divertido compañero Héctor Ares y yo compartíamos el domingo 22 de octubre durante 350 km. Era la distancia de la que constaba la segunda etapa del IV Iberian Classic Raid (Valencia-Lisboa) que unía Albacete con Cazorla, en plena sierra a la que da nombre.