El Real Monasterio de Santa María de Pedralbes, en Barcelona, es un oasis urbano. Alejado de la vorágine metropolitana, está situado donde la ciudad inicia su ascenso por la ladera de la sierra de Collserola, y, pese a que en su entorno se levantan numerosos edificios residenciales, mantiene su aura medieval. Fundado en 1327 por Elisenda de Montcada, la cuarta y última de las esposas de Jaime II el Justo de Aragón, el cenobio, aún habitado por religiosas clarisas, se une en perfecta simbiosis con la figura de su fundadora, hasta el punto de opacar a la que fuera una de las mujeres más insignes de su tiempo.
Un ilustre linaje
La familia Montcada constituía uno de los linajes más poderosos de la Cataluña medieval. Ya en el siglo xii, Ramón I de Montcada fue nombrado senescal de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona, y fue uno de los artífices de su matrimonio con Petronila de Aragón, que dio lugar a la unión del condado con la Corona aragonesa. Sus descendientes heredaron el cargo, por lo que mantuvieron una estrecha relación con los sucesivos monarcas, y, entre otras prebendas, recibieron de ellos los señoríos de Aitona (Lérida) y Albalate de Cinca (Huesca).
Ese fue el caso de Pedro II de Montcada, señor de la baronía de Aitona,