Soñando con la autonomía
Blade Runner (Ridley Scott, 1982), una película basada en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick, se desarrolla en un contexto futurista donde la línea entre humanos y replicantes (androides con una alta similitud humana) es muy borrosa. Esta justicia refleja las complejidades éticas y legales de una sociedad en la que la tecnología ha avanzado lo suficiente como para crear seres artificialmente inteligentes que se asemejan mucho a los seres humanos.
En 2023, la llamada inteligencia artificial generativa se convirtió en un tema muy recurrente, que generó una preocupación creciente: ¿qué pasará cuando ya no distingamos lo creado por los seres humanos de lo creado por la tecnología? Alguien lo puso en el contexto de una disputa: inteligencia artificial inteligencia natural; alguien más sugirió una relación inversamente proporcional: mientras más mejora la inteligencia artificial, más disminuye la inteligencia natural. La tecnología no sólo gana terreno por su capacidad predictiva, sino que también aliena al ser humano, lo segmenta y lo manipula. Bueno, aunque detrás de los algoritmos están los propios seres humanos, quienes programan a la