La esperanza, más allá del sentimiento positivo sobre el futuro, incorpora pensamientos y creencias sobre cómo lo lograremos. La Esperanza nos ayuda a direccionar la vida, facilita hacer nuestros sueños realidad, nos ayuda a planear cómo lograrlo, no sólo desde lo racional sino también desde lo emocional. Según muchos estudios, las personas que tienen más esperanza, también tienen más altos niveles de satisfacción con la vida, autoestima y autoeficacia, que es la sensación de creer que uno puede lograr aquello que quiere lograr. La esperanza también nos ayuda a creer que es posible un mundo mejor, a confiar en los otros y en uno mismo, a actuar de forma positiva pues
