Obviamente si hablamos de The Smashing Pumpkins el disco que te viene a la mente al momento es el Mellon Collie & the Infinite Sadness, obra colosal y doble en la que consiguieron la excelencia. Una excelencia que nunca más volverían a saborear ni a conseguir, pero, dos años antes, Corgan y los suyos, consiguieron otra obra monumental a la altura de la posterior: Siamese Dream, cuando irrumpieron en 1991 con Gish y pudieron surfear la ola con la irrupción de Nirvana y Pearl Jam. El mundo miraba hacia Seattle y Virgin Records se hizo con ellos.
Parece mentira, pero no eran buenos tiempos para el grupo ni mucho menos… Billy Corgan sumido en estado de depresión, la pareja sentimental formada por James Iha y D'arcy