LAMB OF GOD
LAMB OF GOD
NUCLEAR BLAST RECORDS
No cabe duda de que Lamb Of God es uno de los grupos de metal más grandes de la actualidad. Sin haber inventado nada -ese honor se lo daremos a Pantera o a Exhorder-, pero con un sonido súper reconocible, los de Richmond están en la pomada del gran relevo generacional, además de ser una banda muy transversal que cae en gracia a un amplio espectro de oyentes.
Es por todos conocida la cancelación de la gira que iba a traer a la formación liderada por Randy Blythe por España junto a Kreator y Power Trip debido a la pandemia del Covid-19. De hecho, se ha cancelado o aplazado todo lo que incluyera la palabra “concierto” en los próximos meses. Así pues, a falta de directos, siempre queda la posibilidad de escuchar nueva música -o vieja, vaya-, y los fans de Lamb Of God están de suerte porque el grupo lanza su octavo disco de estudio (el décimo si se cuentan los publicados bajo el nombre de Burn The Priest).
‘Lamb Of God’ es el nombre de este nuevo trabajo de los americanos grabado con el productor Josh Wilbur, quien ha trabajado también con bandas como Korn, Megadeth, Gojira o Trivium. Siempre hay expectación añadida cuando un artista decide llamar un álbum que no es el primero de manera homónima. ¿Es que lo de antes no era Lamb Of God? ¿O no lo suficiente? Pero tranquilidad, porque esta nueva entrega de la banda de groove metal no supone ningún tipo de revolución. Al menos, en lo que se refiere a lo estrictamente musical.
La formación sí que ha cambiado desde su último disco. En concreto, el talentoso batería Chris Adler, -quien es hermano del guitarrista Willie Adler y cofundador del grupo junto al bajista John Campbell-, abandonó definitivamente Lamb Of God antes de la grabación del nuevo trabajo después de mostrar diferencias creativas y personales con sus compañeros. Su sustituto no es otra persona que quien él mismo recomendó para sustituirle en la última gira: Art Cruz, batería de Wings Of Plague y ex de Prong.
Es de admirar que al practicar un estilo tan encorsetado y después de dos décadas de trayectoria la banda siga manteniéndose fiel a sus raíces musicales. Y esto, después de algún flirteo de Blythe con las voces limpias en aquel EP titulado ‘The Duke’ y del muy digno ‘VII: Sturm Und Drang’, un disco que cumplía con lo que se esperaba de Lamb Of God, aunque tampoco estaba exento de partes limpias y cierta experimentación. En este nuevo ‘Lamb Of God’, los de Virginia conservan una frescura radiante que sorprende. Si bien podía haber algunas dudas sobre el rendimiento de Art Cruz a la percusión, estas quedan rápidamente disipadas en el momento en el que se pincha esta nueva obra del quinteto, que vuelve a llevar la autoexigencia y el compromiso por bandera. Si algo caracteriza a Lamb Of God es ese sentimiento de poder sentir el sudor de los músicos sobre el escenario desde el reproductor. Es verdad que la idiosincrasia del género juega a su favor, pero ellos saben llevarlo un nivel más allá.
La experiencia se nota, y la formación ha envejecido mejor que la mayoría. El tópico del “disco más maduro hasta la fecha” se cumple a rajatabla en un álbum que recoge la esencia de Lamb Of God, pero que también desvela nuevos matices y elementos. El corte
