El sistema judicial de Israel se estructura en tres niveles: i) el nivel más básico lo integran los tribunales de magistrados, con presencia en la mayoría de las ciudades de todo el país; ii) encima de ellos están los tribunales de distrito, que actúan como tribunales de apelación y tribunales de primera instancia, con presencia en cinco de los seis distritos de Israel, y iii) en el más alto nivel, el Tribunal Supremo de Israel, asentado en Jerusalén, que cumple una doble función: a) como Corte Suprema de Justicia (legalidad), y b) como Tribunal Superior de Justicia, que emite decisiones como un tribunal de primera instancia, a partir de denuncias ciudadanas en contra de las decisiones de las autoridades estatales (constitucionalidad).
El 4 de enero de 2023, Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí, presentó un plan integral de reforma judicial. El anuncio fue dado por el ministro de Justicia, Yariv Levin, sólo seis días después de jurar su cargo.
El proyecto se presentó como un plan necesario ante una ley que permita que la mayoría simple de 61 legisladores pueda desechar una decisión de la Corte Suprema (“cláusula de anulación”), que implique derogar una ley o una decisión gubernamental; nuevas regulaciones que reemplacen a los abogados del Comité de Designaciones Judiciales por cargos políticos, y eliminación del supuesto de “razonabilidad” como fundamento legal para que el Tribunal Supremo pueda impedir el nombramiento de altos cargos si no se cumple con la ley.