ara los almohades la Guerra Santa era un deber del buen musulmán, y los califas lo ejercían no solo con la palabra sino que muchas de las figuras preeminentes dejaron que era la ordenación del bien y del mal. Los ejércitos almohades aprendían el ritual de la antes del combate y se les repartía la (sueldos y premios). Abú Baker arengó a sus tropas en 1188: «Dios os ha bendecido con el islam y os ha fortalecido con el », y continuó exhortando a la obligación de extender el islam y la verdadera fe. El Yihad encamina a la salvación, y al auxilio divino, y así queda escrito en algunas construcciones arquitectónicas de la época. También se comenzó a prometer y enumerar los premios que esperaban a los soldados que murieran ejerciendo el yihad como queda reflejado en la arenga del jeque Abú Yaqub antes de entrar en combate contra Ibn Hamusk. Se habla abiertamente de Guerra Santa y así se arenga a las tropas. Realmente el primer yihad almohade se enfrenta a los herejes almorávides, aunque después se irá perfeccionando su ritual contra los cristianos. Abú Yusuf Yaqub (1184-1198), al que le toca luchar contra Alfonso VIII, convoca a voluntarios por la guerra santa para ganar la batalla de Alarcos en 1195. El gran Saladino, temeroso de no poder contener las hordas cristianas en Jerusalén, en plena Cruzada, envió una petición de ayuda a Al Mansur. El bueno de Yusuf debió pensar que si los cristianos se entretenían en Tierra Santa, menos atacarían Occidente y además todavía guardaba rencor a Saladino por apoyar a los almorávides.
LA GUERRA SANTA
Sep 21, 2023
1 minuto
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