Cuando vemos cualquier imagen de nuestro planeta desde el espacio, la Tierra -y me atrevería a decir que cualquier planetanos parece una esfera perfecta, sin irregularidades aparentes. Pero lo cierto es que no es del todo así, y que va mucho más allá de la existencia de valles, montañas y fondos oceánicos. Sin embargo, Newton en el siglo XVII ya sospechaba que nuestro planeta no era del todo una esfera perfecta como habían antaño idealizado los griegos, dejando una fuerte impronta en la cultura y ciencia occidentales… la Tierra no era plana pero, ¿era esférica del todo?
Tenía, al menos, una razón para pensarlo: los experimentos que se realizaban con péndulos en los que se medía la duración de su periodo de oscilación con respecto a su longitud arrojaban valores diferentes si tenían lugar en Europa o en zonas cercanas al ecuador, lo que parecía indicar que la aceleración de la gravedad tenía un valor más pequeño en el ecuador que en latitudes más altas.
MEDIDAS COMO ESTA SERÍAN TAMBIÉN CONFIRMADAS, AUNQUE TIEMPO DESPUÉS, por la expedición Malaspina, sin duda, una de las grandes expediciones marítimas financiadas por España, que permitieron tener un catálogo mucho más grande de estas medidas a lo largo de distintas latitudes y mostrar que no se debían a un simple error de medición del operario o del propio instrumento, sino que iban más allá.
¿Cómo se podía explicar esta diferencia en el periodo de oscilación del péndulo?