DESDE que llegó al Principado de Mónaco en 2011, ha generado más expectación por sus reiteradas ausencias y silencios que por sus palabras. Ese halo de misterio y tristeza que le ha rodeado siempre permanecía intacto… Hasta ahora.
Charlene de Monaco (45) ha iniciado esta etapa con fuerzas renovadas, dispuesta a ser la protagonista voluntaria de su vida. Que no sean los demás quienes la princesa consorte ha elegido un medio local, para revelar por primera vez aspectos de su intimidad, de su relación con el príncipe monagesco y de su preocupante estado de salud.