La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como Convención de Belém do Pará (sitio de su adopción), fue resultado de la suma de esfuerzos por parte de diversos Estados del continente americano para crear, el 9 de junio de 1994, un instrumento cuyo fin es combatir y focalizar la violencia y la discriminación en contra de las mujeres, derivado del vacío regulatorio detectado por la Comisión Interamericana de Mujeres en la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer respecto de la violencia contra la mujer.
México, comprometido con los principios rectores de la Convención, ratificó este instrumento internacional vinculante el 19 de junio de 1998, promulgándose, para su debida observancia y cumplimiento, el 19 de enero de 1999.
La Convención de Belém do Pará reconoce que la violencia en contra de las mujeres constituye una violación a los derechos humanos, al limitar el goce y el ejercicio de sus derechos y sus libertades, por lo