Insistimos en el punto de maduración para todas las frutas, pero muy especialmente de las fruta de hueso. Queremos comida madurada en el árbol: ¡no queremos comer madera!
El árbol y el fruto
El paraguayo ha pasado de ser una fruta casi excepcional del mes de agosto a poblar nuestras fruterías ya desde principios de verano. Hoy en día nos parece un alimento tan habitual como el propio melocotón o el albaricoque.
El tacto aterciopelado de su piel recuerda a un melocotón de var. Platycarpa), o «durazno japonés», en Sudamérica. En realidad es un pariente cercano del melocotón, también de la familia de las rosáceas. Se trata de una mutación natural del melocotonero.