Sol, Naturaleza y Universo
¡Dios! cuantas falacias. Mis antepasados los Chipchas, Aztecas, Mayas, los Incas, y todas las culturas precolombinas adoraban al sol por su importancia y papel en su cosmovisión y creencias religiosas. El sol era considerado una deidad poderosa y divina, y su adoración estaba estrechamente ligada a su comprensión del universo y la naturale- za. El ritual de la adoración no era solo de manera metafísica, incluía también prosternaciones y exposiciones directas mirando al sol.
Lo adoraban porque sabían que es fuente de vida, era visto como la fuente de vida en la Tierra, su luz y calor eran esenciales para el crecimiento de los cultivos y el sustento de las comunidades. Adorar al sol era una forma de mostrar gratitud y reverencia por su papel en la supervivencia y prosperidad.
De la misma manera era considerado una deidad en sí mismo, se le veía como un ser divino que otorgaba poder y energía a la Tierra y a sus habitantes. Su adoración era parte de un sistema religioso más amplio que involucraba a otras deidades y elementos de la naturaleza.
Un orden cósmico
También era un símbolo de orden cósmico y armonía. Se creía que su movimiento y posición en el cielo influían en los ritmos de la vida, las estaciones, la agricultura y otros aspectos de la existencia humana.
Al adorar al sol, estas culturas buscaban mantener el