Estudiaba Biotecnología cuando la moda reescribió el guion de su vida. Hablamos con Marta Sierra (Barcelona, 1994) sobre la foto que lo cambió todo para ella, la nueva temporada y el fondo de armario perfecto para afrontar la nueva temporada con mucho estilo y buena cara.
Sí, septiembre tiene pinta de ser bastante ajetreado con todas las semanas de la moda. Siempre es muy intenso para mí, pero también interesante e inspirador. La verdad es que tengo muy pocos básicos [ríe], así que no soy la mejor persona para, masculinas, pantalones muy largos, americanas… Y también destacaría las joyas. Tiffany es una marca a la que admiro mucho, tiene una historia increíble detrás y esta magia que la rodea no va a desaparecer nunca. Para mí, las paletas de sombras de diferentes colores son imprescindibles. Las puedes combinar con diferentes estilismos y, además, se trata de un cosmético que dura un montón. También destacaría los productos para las cejas. Aquí he de mencionar Benefit Cosmetics: es una marca que siempre me ha encantado porque es muy alegre y diferente. No quiere seguir las tendencias a ciegas y tiene una identidad propia. La del arcoíris. Es una foto que subí en verano del 2019. Estuvimos en Positano (Italia), un sitio que me encanta. Cada día estaba diluviando, no se veía nada… No podíamos grabar nada por el tiempo que hacía y de repente salió un rayo de sol entre toda la lluvia. Me giré y ahí estaba el arcoíris más increíble que había visto nunca. Saltamos del coche y salimos a hacer la famosa foto. Fue muy rápido, no nos lo esperábamos y la verdad es que esta foto me enseñó una lección muy importante: después de la tormenta siempre sale el sol. Me inspiro mucho en películas, veo muchas. A veces veo una escena y me inspira incluso para crear algo completamente distinto, pero me ayuda a tener más ideas. Creo que bastante bien. Hay mucha presión, claro que sí, tanto interna como externa. La primera, la que me pongo yo a mí misma, es la que peor gestiono porque me cuesta mucho desconectar y todavía no he encontrado el secreto para conseguirlo. Pero todo esfuerzo vale la pena. Creo que estaba un poco perdida cuando tenía esa edad [ríe]. Estudiaba Biotecnología y me encantaba, pero no sabía exactamente qué quería hacer con mi vida. Me gustaban los estudios pero no las salidas profesionales. Así que hoy en día a la Marta de los 20 años le diría: "Sigue experimentando y haciendo cosas, y te va a salir algo que te gustará mucho más".