De todos los sepulcros principescos de los celtas descubiertos hasta hoy, tan solo dos nos han llegado intactos. Cabe imaginar el agujero informativo causado por esta afectación masiva, debida a un saqueo de tumbas perpetrado ya desde tiempos antiguos. Desenterrado hace setenta años, en 1953, el túmulo de la Dama de Vix supuso, prácticamente, el primer encuentro cara a cara, libre de expolios, con una civilización mal conocida. Su integridad, que incluye un magnífico ajuar funerario, ha permitido zanjar lagunas y enmendar viejos errores en la celtología.
Recuperada década y media antes que la otra sepultura completa, la de Hochdorf an der Enz, hallada en 1968, la tumba de Vix data, aproximadamente, de 500 a. C. Es uno de los seis túmulos encontrados en un amplio yacimiento que comprende sectores del siglo ix al v a. C. en las inmediaciones del monte Lassois, a unos metros de la villa francesa