ace 14 años, cuando empecé a trabajar en la industria de la comunicación de moda, fue fácil sentirme embelesada por las marcas de lujo. Pero hubo una en espe-cífico que me sedujo por el misticismo que emanaba de aquellas seductoras sue-las rojas, emblemas en los diseños de sus maravillosos zapa-tos: Christian Louboutin. Y aunque siempre me consideré más fanática de los bolsos, no me pude resistir a los encantos de los modelos del diseñador fran-cés. Ahorré mis primeros sueldos para poder comprarme un par de zapatos Louboutin –unos tacones satinados altísimos color cham-pagne que estrené en la boda de una de mis mejores amigas–. No sé si haya sido algo psicológico, pero al ponerme esos zapatos me sentí poderosa, segura y feliz. Ese par siempre ha ocupado un lugar especial en mi corazón y compren-dí que esa es la belleza del diseño y de la moda: inspirar, incitar a soñar y a provocar sentimientos bellos. Le compartí esta anécdota y la mo-delo Sara Sampaio–, y su sonrisa de encanto y agradecimiento me hicieron presenciar esa sencillez y alegría que lo caracterizan.
HEART & SOLE
Jul 27, 2023
5 minutos
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