LIFE
Para sus incontables seguidores por todo el mundo, Christian Louboutin (París, 1964) es mucho más que un diseñador: es un genio que crea sueños, el equivalente contemporáneo a un zapatero mágico de las historias de Hans Christian Andersen –que era, a su vez, hijo de zapatero–. Empezó a dibujar zapatos con solo 12 años y, según dice, su atracción comenzó por la musicalidad de las pisadas. Justo a la misma edad se estrenó en la noche parisina nada menos que en sus clubes y cabarets. A los 15 dejó la escuela, viajó al Lejano Oriente durante un año en compañía de unos amigos, regresó y triunfó. Después de pasar por las bambalinas del Folies-Begére –su primer trabajo fue de la mano de Charles Jourdan, a los 18–. Y todo esto sin haberse planteado nada; nada más que diseñar zapatos. Fue el perder a su madre en 1991, cuando él tenía 27 años, lo que lo llevó a lanzar su propia
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