A Cupra no le da miedo el vértigo de la página en blanco, enfrentarse a lo que no está escrito, porque prefiere escribir el futuro. Le lleva ocurriendo toda la vida a los precursores que tienen personalidad y quieren crear sus propias reglas, algo que no han dejado de hacer desde su llegada.
Su fusión con el público joven se estudiará en Harvard; se sienten identificados incluso con sus directivos, quienes pregonan, revolucionando el concepto de coches.