HACE algunos años, el productor Axel Kuschevatzky y el director Santiago Mitre se encontraron en un bar. Habían trabajado juntos en producciones como La patota, nueva versión del film protagonizado por Mirtha Legrand en 1960, y querían volver a repetir la experiencia. "Inmediatamente la primera idea fue Ricardo Darín de Strassera y Peter Lanzani de Moreno Ocampo.
“Fue parte de la primera conversación”, recuerda el productor sobre aquel momento fundacional de la película que le dio a la Argentina su octava nominación al Oscar. En aquella reunión ninguno de los dos pensó en los premios. En ese momento, el único objetivo era llevar a cabo el proyecto para reflejar la vida y experiencias de quienes protagonizaron el Juicio a las Juntas, uno de los procesos legales más relevantes para la historia del país y de los DD.HH.
Tanto Kuschevatzky como Mitre dieron por sentado que a Darín, con quien mantienen una larga relación profesional y de amistad, le podía interesar la idea. Pero sabían que él no solo se sumaría como actor sino también como parte del equipo creativo.
Fue así como las piezas necesarias