A pesar de que la biotecnología es una disciplina con desarrollo de décadas en Argentina, en los últimos años, y especialmente con el envión que le dio la pandemia, avanzó de modo veloz y abrió innumerables posibilidades de crecimiento para el sector en particular y el país en general.
Pero la biotecnología no está sola en la vanguardia. Hoy, numerosas innovaciones empujan al cuidado de la salud hacia procedimientos cada vez más a medida de los pacientes, con mayor precisión sobre cada enfermedad y con poderío preventivo, no solo curativo. En eso coincidieron los científicos, académicos y empresarios protagonistas del sector, quienes debatieron durante la 6° edición del Forbes Health in Action Summit.
EQUIPOS MULTIDISCIPLINARIOS
Esteban Corley (director científico de Grupo Insud), Matías Peire (Co-Founder & CEO en GRIDX) y María Florencia Cayrol (investigadora asistente del CONICET) expusieron sobre biotecnología.
“El mayor reconocimiento social para el investigador está bajando a la industria argentina porque hay impacto, hay resultados concretos, hay producción nacional de fármacos de alta complejidad”, contagió entusiasmo Corley.
Peire remarcó: “Estamos por debajo del potencial que tiene el país en biotecnología. Pero empieza a haber polinización cruzada: empresas con innovación en su génesis y científicos participando de conversaciones empresariales”.
Desde la visión de Cayrol, el panorama también fue alentador. “Muchos investigadores se están animando a generar proyectos, pero tenemos