Hay una nueva realidad de mayor conciencia social y ambiental de la ciudadanía que se expresa al momento de decidir sus consumos. Estos consumidores conscientes priorizan realizar sus compras a empresas que devuelven a la sociedad, aunque tengan que pagar extra por esos productos. La Generación Z es la más preocupada por la sostenibilidad y son quienes están comenzando a trabajar para que haya mayor conciencia en los consumidores de todas las edades. Esta tendencia exige productos y servicios con mayor trazabilidad social y ambiental. “No alcanza que las empresas desarrollen reportes de sustentabilidad o acciones sustentables, hoy es necesario trasladar la experiencia al consumidor al momento de abrir un paquete o destapar una bebida”, expresa Carolina Ulla, directora de la Licenciatura de Ambiente y Energías Renovables de Universidad Siglo 21.
El sector privado puede entrar a la sostenibilidad desde la convicción con un fuerte compromiso al triple impacto o, por obligación, a través de exigencias externas. “Las empresas se están adaptando a las demandas externas por diversos factores, pero cuando la variable financiera ingresa a la sostenibilidad es cuando comienza a tomar fuerza y a convertirse en política interna, desplegando presupuesto y acciones. En los últimos años cobraron gran relevancia los riesgos ESG (environmental, social and governance)”, explica Ulla. La Generación Z prefiere la calidad antes que la cantidad. “Esta tendencia interpela