Convencido de las enormes posibilidades que ofrecen los rosados, Sacha Lichine –nacido en Francia y educado entre Burdeos y Nueva York– decidió lanzarse a la aventura provenzal y vendió Château Prieuré-Lichine, la prestigiosa bodega familiar en Margaux heredada) de la Provenza. Cuenta con una elegante mansión campestre de inspiración toscana erigida en el siglo XIX, rodeada por espectaculares viñedos con cepas viejas de garnacha además de variedades de vermentino, cinsault, merlot, mourvèdre, syrah y tibourenLa altura a la que se encuentran, la brisa marina que los mece y la meticulosidad con que se cultivan confieren una calidad única a sus uvas. La vendimia temprana se realiza a mano de madrugada, para evitar los daños que pueda ocasionar el calor, seleccionando con mimo los frutos. Los vinos se elaboran en la bodega con un proceso único que incluye fermentación en barrica de madera y acero inoxidable y envejecimiento para los de alta gama, a la manera borgoñesa. El resultado se traduce en unos elegantes rosados muy fáciles de beber. Existe uno para cada tipo de público. The Pale, fresco y aromático, ideal para el aperitivo y bolsillos jóvenes; Whispering Angel, el buque insignia, seco y sin azúcares, con mucha clase; Rock Angel, potente, picante y sedoso, perfecto con platos de cocina panasiática; Château d’Esclans, complejo, con un toque ligero de vainilla, para acompañar aves y marisco; Les Clans, con cuerpo y notas exóticas de piña; y Garrus, la joya de la corona, uno de los más caros del mundo, que recuerda a un sin burbujas.
