Año/Cero

DOGGERLAND LA ATLÁNTIDA DE LA EDAD DE PIEDRA

El ser humano siempre ha idealizado el pasado, imaginando una edad dorada a medio camino entre la realidad y la leyenda, origen de increíbles avances científico-técnicos, sociales y culturales que, por alguna razón desconocida, se perdieron en algún momento indeterminado de la historia. Esa «edad de oro» tomó forma concreta en el ¿mito? de la Atlántida, que adquiere distintas particularidades dependiendo de la civilización o cultura que lo compile, pero que puede rastrearse por todo el planeta y en las narraciones de numerosos pueblos.

Durante muchos años, seguir el rastro de esa Atlántida o de otros continentes perdidos como Mu, Hiperbórea o Lemuria, una sugerente lista a la que fueron sumándose enclaves como El Dorado, la Ciudad Perdida de Z o La Ciudad de los Césares, se consideró poco menos que una entelequia, el sueño legendario de visionarios y aventureros, algo relegado al campo siempre cautivador pero intangible de la ficción. Sin embargo, en las últimas décadas una serie de investigaciones rigurosamente científicas han venido a corroborar que aquellos mundos perdidos –al menos algunos– existieron, y sus vestigios arqueológicos obligan en muchos casos a reescribir nuestro pasado. Entre ellos, uno de los que han acaparado una atención mediática mayor en tiempos recientes han sido los restos de Doggerland, la conocida como «Atlántida del Norte», que nos permite acercarnos un poco más a los secretos de nuestros ancestros europeos.

El paisaje de Doggerland no era la tundra helada que durante años creyeron los científicos, sino una gran superficie boscosa similar a algunas áreas de la actual Escandinavia, aunque es cierto que con el avance de los periodos de glaciación acabaría por convertirse en una región más árida antes de colapsar bajo las aguas. En una expedición de buceo frente al pueblo de Cley next the Sea en Norfolk, al oeste de Inglaterra, la buzo británica Dawn Watson, que dirigía un estudio de la Sociedad de Conservación Marina llamado Seasearch in East Anglia, descubrió tras las fuertes tormentas que azotaron la zona en diciembre de 2013, a apenas media milla de la costa (unos 0,8 km), los restos de un enorme bosque de robles de Doggerland, aplastado por un tsunami, en el fondo del océano, en aguas poco profundas.

BOSQUES INMENSOS

Desde entonces, los hallazgos de este tipo no dejaron de sucederse. En mayo de 2014, una unidad de buceo de la Royal informaba de que a finales de enero de ese año varios submarinistas que se encontraban también frente a las costas de Norfolk, habían descubierto otro bosque petrificado de una extensión indefinida, pues parecía perderse mar adentro.

Estás leyendo una previsualización, suscríbete para leer más.

Más de Año Cero

Año Cero1 min. leídos
Rastreando Tiempos Pasados
Esta joya de Ático de los Libros, Pax. Guerra y paz en la edad de oro de Roma, tiene detrás al prestigioso historiador británico Tom Holland, con títulos en su haber centrados también en la Roma clásica, Rubicón y Dinastía. Pax, con su habitual pulso
Año Cero10 min. leídos
Adoradores De kali
La letanía se repetía al unísono mientras el olor a incienso impregnaba el templo, mezclándose con el aroma dulzón de la sangre humana. El viajero yacía en el suelo, cubierto de pétalos de loto, mientras su rostro permanecía tapado por una tela ricam
Año Cero1 min. leídos
Tras Los Pasos Del Templo Maldito
Aunque sin duda el tándem Lucas-Spielberg tomó como referencia a la secta de los Thugs –en la cinta llamados thuggee– para la segunda entrega de su exitosa saga cinematográfica, lo cierto es que se permitieron notables licencias narrativas que poco t

Libros y audiolibros relacionados