Uno de los especialistas que más y mejor han estudiado la historia de la División Azul es el profesor Xavier Moreno Juliá (Barcelona, 1960), quien sin abandonar el trasfondo de las operaciones militares, se centra en el estudio del contexto político en el que se gestó este cuerpo expedicionario y el choque de intereses entre la Falange y el Ejército. Sin olvidarse del sufrimiento de quienes fueron heridos, mutilados o apresados en los gulags soviéticos, y los beneficios obtenidos por quienes regresaron vivos, aportando también una reflexión sobre los factores económicos, médicos y asistenciales que resultan los más desconocidos.
En total, fueron ciento setenta y seis mujeres las voluntarias de Falange y la Sanidad Militar que sirvieron como enfermeras dentro de la División Azul. Se organizaron en dos grupos. El primero de ellos, el impulsado por la Sección Femenina (SF) que presidía Pilar Primo de Rivera, seguido del grupo de Damas de Sanidad organizado por el Ejército. Este nuevo cuerpo de Damas de Sanidad fue aprobado por orden del 31 de julio de 1941 (D.O. nº 172/5 de agosto de 1941). Dichas Damas ejercieron un protagonismo destacado en el despliegue sanitario del frente del Este, compartiendo funciones con las más abundantes enfermeras aportadas por la SF. En su conjunto, un total de ochenta y siete partieron hacia Alemania para prestar servicios en la División Azul como enfermeras de la Cruz Roja alemana. Su campo de actuación estuvo adscrito a los hospitales de Mestelevo, Riga, Vilna, Konisberg, Hot y Berlín, aunque también sirvieron en el frente y al lado de los combatientes, jugándose la vida y exponiéndose con frecuencia a la muerte.
Para la época que nos ocupa, el envío de enfermeras al frente ruso a partir de 1941 no dejó de ser una excepción, habida cuenta que el Estado surgido de la Guerra Civil relegó a las mujeres al espacio del hogar para que desde allí transmitieran los valores tradicionales y pusieran en práctica su tarea como educadoras de las nuevas generaciones. Pero, al mismo tiempo, la participación de la División Azul en el conflicto mundial, abrió la posibilidad a las mujeres de ejercer ciertas profesiones consideradas como aptas para ellas. En este sentido, la Sección Femenina fue entonces capaz de combinar la fe- minidad tradicional con la participación activa en el proyecto político de la dictadura.
La Sección Femenina pudo combinar la feminidad tradicional con
