SEGURIDAD
TECOMÁN, CoI.- El hallazgo de una amplia zona de fosas clandestinas en una loma aledaña a Cerro de Ortega, comunidad colindante con el estado de Michoacán, generó emociones contrapuestas entre familiares de desaparecidos: en primer lugar, el miedo de localizar sin vida a su ser querido; o bien, ante la posibilidad de que éste ya hubiese muerto, la esperanza de al menos recuperar sus restos para darles una sepultura digna.
Después de más de un mes de excavaciones, en su reporte más reciente la Mesa de Coordinación Estatal para la Construcción de la Paz y la Seguridad de Colima informó que han sido exhumados los cuerpos, o fragmentos óseos, de 53 personas, que se encontraban en el interior de 30 fosas en este municipio, convertido en el cementerio clandestino más grande del país.
Esas cifras pueden incrementarse, pues en el sitio –compuesto por varias áreas que aún no son exploradas– continúa el operativo que realizan elementos de la Fiscalía Especializada en Desaparición de Personas, con el apoyo de personal de las comisiones local y nacional de búsqueda, así como colectivos de personas buscadoras.
La presidenta de la Red Desaparecidos en Colima, A.C., Carmen Sepúlveda Gómez, quien desde hace casi cinco años busca a su hijo Carlos Donaldo Campos Sepúlveda, se muestra sorprendida por el hallazgo.
“Saber que hay una fosa tan grande –dice a – es algo que nos sacó de contexto totalmente a los familiares, no