CULTURA
Adecir del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), nadie de la institución ha sido sancionado por sus dichos, opiniones, ideología, creencias religiosas o afinidades partidistas.
Incluso, agrega, “alguien puede presumirse de sangre azul y no hay problema, noble y no hay problema. Por supuesto que en el INAH asumimos posturas de compromiso con la sociedad y con las clases más desfavorecidas. Somos una institución orgullosamente formada y creada en el periodo del general Lázaro Cárdenas, una institución que –generalmente– está del lado de las causas populares. No obstante, se respetan otras ideologías y maneras de pensar”.
Así responde el funcionario al solicitarle su visión sobre el desplegado “En la soledad acompañada” del Sindicato Nacional de Profesores de Investigación Científica y Docencia del INAH, publicado en la edición 2429 de Proceso, del pasado 21 de mayo, en donde su secretario general Alberto Herrera pide a Prieto “el cese a su política de hostigamiento laboral a los profesores del INAH…”.
Ello luego de que el director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, “por instrucciones de la Dirección General de Relaciones Laborales de la institución” (mediante el oficio 401.4C.20-2023/337), citó a comparecer al doctor en arqueología Fernando Cortés de