Él se detuvo en la entrada, sus ojos azules brillantes y su cabello oscuro desordenado por el viento. Sus facciones eran perfectas, la mandíbula cuadrada, la nariz recta y los labios suaves y bien definidos. Tenía una piel bronceada y la sombra de una barba en su mentón. Era como si hubiera sido esculpido por un artista, con una belleza que era difícil de ignorar”.
“Su rostro era una obra de arte tallada por los dioses. Sus ojos de un azul profundo reflejaban el cielo en un día despejado, mientras que su nariz recta y fuerte se fundía perfectamente con su mandíbula cuadrada y bien definida. Los labios delgados y firmes parecían esculpidos en mármol blanco, y sus pómulos altos y bien marcados le daban un aire de nobleza. Era un rostro que atraía todas las miradas y dejaba a todos sin aliento”.
Vamos a comenzar con un sencillo juego: a ver si eres capaz de averiguar qué texto ha generado una máquina a la que hemos pedido que nos describiera un rostro bello (el chatbot de inteligencia artificial [IA] Chat-GPT) y cuál es un párrafo sacado de una novela rosa superventas (de Ryan Graudin). ¿No es complicado, verdad? Está claro que el primer párrafo es producto de un programa informático y que el segundo tiene una indudable calidad literaria. Sin embargo, los dos, si te fijas bien, coinciden en su descripción. Porque... has acertado, ¿no?
La IA no pasa en este caso el test de Turing, pero ofrece la misma definición de un rostro bello que daría un ser humano: líneas rectas, proporcionalidad, simetría, labios delgados, suaves. Alan Turing ideó en 1950, siete años después de descifrar los códigos de la máquina Enigma de la Alemania nazi, el siguiente juego: supongamos que tenemos una persona, unay un interrogador. El interrogador está en una habitación separada de la otra persona y de la máquina. La finalidad del juego.) El objetivo de la máquina es tratar de hacer que el interrogador concluya erróneamente que es la otra persona. Turing pretendía responder a la pregunta: ¿pueden pensar las máquinas? 73 años después nosotros nos preguntamos: ¿puede una máquina definir qué es la belleza masculina de forma independiente, objetiva? ¿Es lo que opina distinto (nuevo) a lo que piensa la sociedad actual? Como máquina hemos seleccionado tres programas informáticos de Inteligencia Artificial: los populares ChatGPT, DALL-E2 y Midjourney. Hemos mantenido una conversación diaria a lo largo de un mes para tratar de determinar qué entienden por belleza masculina.