MIGRACIÓN
El estatus legal de las migrantes en Estados Unidos no hace diferencia alguna para evitar que sean agredidas sexualmente, sufran discriminación o padezcan violencia de género. La agresión más común contra las migrantes son las de tipo sexual, dice en entrevista con Proceso la abogada Mónica Ramírez, fundadora de la organización Justice for Migrant Women (JMW).
“Muchas de esas mujeres migraron porque trataban de escapar de la violencia doméstica y en búsqueda de mejores condiciones para evitar ser violentadas.”
Ramírez explica que, cuando se trata de mujeres que deciden migrar sin previa oferta de trabajo, es decir, adentrándose en territorio mexicano, son agredidas en el camino por elementos de la delincuencia organizada, por quienes les cobran para ayudarlas a cruzar la frontera o, incluso, por otros migrantes.
De acuerdo con ONU Mujeres, se calcula que seis de cada 10 migrantes son asaltadas sexualmente durante el trayecto que realizan desde sus países hasta llegar a la frontera de México con Estados Unidos. Una vez estando en territorio norteamericano, esta situación no cesa, pues sus patrones o sus parejas se agregan a la lista de quienes aprovechan su situación migratoria para amedrentarlas y agredirlas.
“Un mayor problema con el que trabajamos es el acoso sexual.que hay muchas mujeres que están sufriendo de violencia sexual o agresión sexual en el camino (…) Desafortunadamente (ya en Estados Unidos), en el trabajo hay jefes, supervisores, mayordomos, etcétera, que están acosando y asaltando y realizando otros actos violentos”, señala.