CULTURA
MADRID.- La Librería Pérgamo, la más antigua de Madrid, no tiene el nivel de ventas que Amazon; pero lo que no posee el gigante multinacional y de lo que sí puede presumir este recinto de barrio es que construye comunidad.
El perfil de la clientela son personas adultas que en su edad infantil compraban allí sus lecturas escolares, mexicanos “que vienen a celebrar la lectura por placer”, y los vecinos del lugar quienes llegan a comprar libros y terminan armando animadas tertulias, hablando de autores y más volúmenes.
Entrar en este espacio del barrio de Salamanca, inaugurado en 1946 y que fuera un reducto natural de la persecución a la cultura impuesta por la dictadura franquista, aún transporta a esa época; sin embargo, ahora sus estantes se hallan repletos de novelas, cuentos, poesía, ejemplares de historia, crónica periodística, con autores que van de Mariana Enríquez o Fernanda Melchor a Kafka, Marcel Proust, Stefan Zweig, Juan Rulfo, Elena Garro o Antonio Muñoz Molina.
“Pérgamo estaba destinada a convertirse en una pizzería. Ya se había anunciado el cierre de la librería para enero de 2022, porque las propietarias hijas del fundador se jubilaban y no tenían quién se hiciera cargo del negocio”, relata el narrador guanajuatense Jorge F. Hernández.
Aunque muestra orgullo de esta etapa de librero, el escritor mexicano afincado en Madrid sigue publicando, y acaba de aparecer en Alfaguara su más reciente novela, , “que trata sobre Catalina, la madre de un desconocido,