PRESIDENCIA
Lázaro Cárdenas Batel, último eslabón que vinculaba al movimiento de Andrés Manuel López Obrador con la familia del general a quien el presidente considera uno de los mejores mandatarios de México, dejó la coordinación de asesores de la Presidencia de la República. El anuncio se hizo el 17 de marzo pasado, un día antes del 85 aniversario de la expropiación petrolera. Pero la puerta que abrió el mandatario no lleva a ninguna parte al nieto del general Lázaro Cárdenas.
“Lázaro va a trabajar en la CELAC y ahora que se renovó la dirigencia, la presidencia recae en un país del Caribe, en San Vicente, y el nuevo presidente pidió a todos que quería establecer una especie de secretariado permanente de la CELAC (…) porque no existe un órgano permanente que se haga cargo de darle seguimiento a todos los acuerdos que tomamos de manera conjunta”, declaró López Obrador ese 17 de marzo en la conferencia matutina en Tabasco.
Se trató de una declaración meramente diplomática. De acuerdo con la doctora Guadalupe González, profesora e investigadora del Centro de Estudiospara su salida no llega a una propuesta y se queda, por el momento, en una idea que definió como “prematura” y que podría encontrar la aplicación más cercana hasta enero de 2024. Eso, si se logran los consensos, el financiamiento y el capital político, que hasta ahora no ha obtenido en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).