EN EL PASADO, A MENUDO ME ENCONTRABA en el lanzamiento de un nuevo SUV, conduciendo un todoterreno y pensando para mis adentros: “Creo que un Volkswagen Golf probablemente superaría esto”. Porque la mayoría de las veces, cuando los fabricantes dicen “fuera de la carretera”, realmente significa una pista de grava con algunos charcos.
Pero hoy no son charcos. No, hoy estoy sentado en el nuevo Ineos Grenadier, mirando hacia una ladera escocesa tan empinada que me estoy cayendo hacia adelante contra el asiento y, al mismo tiempo, empujando hacia atrás contra el volante para mantenerme erguido. La pantalla de infoentretenimiento del automóvil me dice que actualmente tenemos una inclinación de 28 grados, más pronunciada que la pista negra promedio de una estación de esquí, y lo único que me impide caer hacia el bosque de debajo es el sistema Downhill Assist del automóvil. La pista es rocosa y la recorre un arroyo con agua helada. Puedo sentir que los neumáticos se deslizan, mientras el coche se sacude en su camino hacia abajo. En medio de este drama, pienso: “No, un Golf definitivamente no podría hacer esto”.
Entonces, para ir sacando conclusiones, el Grenadier es
