INTERNACIONAL /FRANCIA
PARÍS.— “¡La autoridad judicial no está al servicio de la represión del movimiento social!”, proclama el Sindicato de la Magistratura (SM). “Violencia policial, detenciones masivas: se busca intimidar a los manifestantes y poner fin al movimiento social!”, denuncia el Sindicato de los Abogados de Francia (SAF). “Las intervenciones de las fuerzas del orden son desproporcionadas. Es una violación al derecho a manifestarse”, se indigna Patrick Baudouin, presidente de la Liga de los Derechos Humanos (LDH), quien habla inclusive de “una situación particularmente alarmante para la democracia”.
Desde el jueves 16, día en que la primera ministra Elisabeth Borne activó el artículo 49.3 de la Constitución para imponer la polémica reforma de las pensiones de Emmanuel Macron sin someterla a votación de los diputados, crecen las protestas y movilizaciones espontáneas en toda Francia.
Se iniciaron la misma noche del jueves 16 al viernes 17,lamentario transpartidista, fue rechazada por una muy leve mayoría de apenas nueve votos en contra.