La Ópera de Sídney es un edificio paradigmático de la modernidad. Inauguró una nueva era en la arquitectura de vanguardia, introduciendo formas geométricas y el empleo del análisis computacional –la informática– para diseñar estructuras complejas. De este modo, dejó una exuberante estela que luego siguieron el canadiense Frank Gehry o el español Santiago Calatrava al levantar sus construcciones, ya de formas imposibles. De este último es la Ciudad de las Artes y las Ciencias, en Valencia, el mejor ejemplo de la herencia de Jørn Utzon (1918-2008).
Fue este danés quien imaginó las singulares conchas que hoy dominan la bahía de Sídney no para imponerse, sino, como dijo él mismo, para fundirse con el horizonte. El suyo es el mar, de tal modo que