son uno de los mayores enigmas de nuestra literatura y ha entretenido más a los filólogos que a los gastrónomos. Los cervantistas se han enfrentado en bandos irreconciliables acerca de la famosa comida de sábado quijotesca. Todo nace del célebre arranque de , donde se da cuenta de la dieta de Alonso Quijano, el Caballero de la Triste Figura: “Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos”. Por primera vez, el protagonista de una novela de caballerías comía y bebía. Esos duelos y quebrantos, plato emblemático de la gastronomía manchega,
