Javier Sanz y Juan Sahuquillo son –por encima de todo– cocineros y desde Casas-Ibáñez, en Albacete, hacen volar la imaginación para crear recetas donde el producto es la base de una cocina verdaderamente inquieta. Detrás hay un equipo de 55 personas, premios que les respaldan, colaboraciones con marcas de prestigio y varias asesorías que consiguen que su nombre resuenen en los lugares más insospechados. “Llevamos pegados como lapas toda la vida”, comenta risueño Sanz, sentado cómodamente en el estudio donde se ha realizado la sesión de fotografía, en el barrio de Tetuán. A su vera, Sahuquillo ríe y asiente.
Muy jóvenes comenzaron a ayudar en el hotel-restaurante que la familia Sanz tenía en el pueblo donde crecieron. “No