Compleja desde su ejercicio de la sencillez, Rocky construye una mitología que se asienta sólidamente en sus 45 minutos iniciales, que son una lección de cine clásico infalible en la presentación de todos sus personajes y los verdaderos cimientos de su éxito.
Lo primero que vemos en pantalla son las gigantescas letras del nombre del protagonista en movimiento, que ocupan toda la pantalla, ROCKY, pasando frente a nuestros ojos como un desfile en triunfo que anticipa el éxito final del protagonista en su viaje, acompañadas por un resumen del himno al antihéroe compuesto por Bill Conti en una versión resumida a modo de fanfarria musical. Se empieza a definir así la personalidad del personaje interpretado por Sylvester Stallone, un pobre tipo de barrio, alguien