Llegamos a la dehesa a unos seis grados de temperatura, pero la sensación térmica en el campo, seguramente por el aire frío que corre sin obstáculos, es de algunos grados menos. Tal es el frío que nos encontramos a los cerdos arrimados a una valla de piedra que delimita la finca al suroeste. Sin duda es la zona más caliente de la dehesa. Nuestra presencia los hace movilizarse, pero, lejos de acercarse, nos miran con cierto recelo y remolonean, como si supieran que estamos hablando de ellos. Nos encontramos en la comarca de
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Feb 23, 2023
3 minutos
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