HARAJUKU
El distrito más famoso de Tokio es el hogar espiritual de la expresión personal en la ciudad, lleno de emporios poco convencionales y boutiques independientes de ropa.
A veces, la bien documentada presión en la sociedad japonesa para ajustarse a la norma se sintetiza con la expresión “el clavo que sobresale es el que se lleva el martillazo”. Durante mucho tiempo, Harajuku, el célebre barrio de moda y compras en el oeste de Tokio, felizmente no tenía martillos. En el curso de los años noventa y a principios de este siglo se volvió el símbolo internacional de la excentricidad japonesa, núcleo de la contracultura genuina, donde los jóvenes tokiotas rechazaban absolutamente los estándares de muchos de sus compatriotas ataviados con vestuarios de creatividad increíble.
Hoy día, el compromiso con la moda grandilocuente ha disminuido y los fashionistas se están volviendo una especie en peligro de extinción en lo que alguna vez fue su fuerte. Ai Akizuki y Hamuka se aferran al estilo de una Lolita en enaguas de esa era (la última, como toda buena excéntrica, se niega a dar su edad o apellido). Las mujeres están comprometidas con sus looks, es decir, todos los días se visten con bombachas estilo Victoriano, gorros y sombrillas; para ellas es un estilo de vida infinito, no solo una opción para eventos o, peor, Instagram.
“Sin duda, las cosas se están poniendo más aburridas”, dice Ai, quien me guía por el barrio en el Tour Harajuku Kawaii. “Era inevitable que las cosas cambiaran, así funciona la moda”.
Kawaii significa “adorable” y se escribe con dos íes, pero se pronuncia con muchas más; se alarga como si alguien hubiera pisado a quien lo dice. “Kawaiiiiiiiiiiiiiiii”, señala Hamuka —cuyo estilo es una interpretación gótica del look de Lolita, con maquillaje de ojos negro y mucho encaje del mismo color— mientras pega una placa magenta en mi camisa para dar a entender que soy parte del tour. Las mujeres son apasionadas extremas de todo lo que sea kawaii y, aunque Harajuku se está transformando, hay muchas cosas que todavía califican como tal.
En Alice On Wednesday, una tienda de varias plantas con un único tema: Alicia en el país de las maravillas, hay una cifra casi infinita de chucherías y accesorios indiscutiblemente kawaii. Pero, ¿por qué miércoles? “Porque el miércoles es el peor día de la semana, así que los propietarios quisieron hacerlo más emocionante”, explica Ai sin ningún toque de ironía. De vuelta a la calle Takeshita, mis guías están menos entusiasmadas por la nueva moda del “helado de