Las vitaminas sirven para el proceso metabólico del organismo. Sin ellas nos enfermaríamos. Como el organismo humano no las puede sintetizar, necesitamos incorporarlas desde la alimentación.
En general el cuerpo humano guarda un depósito y así se asegura de que no haya carencia. Este es el caso de la vitamina A, que es liposoluble -se disuelve en grasa o aceite- y puede ser almacenada. Esta tiene propiedades antioxidantes y defiende al cuerpo del deterioro y las enfermedades.
Si bien la vitamina A o retinol se encuentra en alimentos del reino animal, en el reino vegetal se encuentra en forma de una provitamina llamada betacaroteno y está presente en aquellos alimentos naturales de tonos fuertes como por ejemplo, el naranja o amarillo intenso: zanahoria, calabaza, zapallo, naranja, pero también durazno, melón, choclo y damasco. También los de color rojo contienen esta provitamina, por ejemplo el tomate, la remolacha; y entre lo verdes brillantes, la contienen la espinaca, la acelga, la lechuga y el perejil entre otros. Los antioxidantes son unas sustancias existentes en determinados alimentos que nos protegen frente a los radicales libres, causantes de los procesos de envejecimiento y de algunas otras enfermedades.