MADRID.- El 20 de junio de 2021, Ignacio Cembrero tuvo la certeza de que estaba siendo espiado. El Maroc Diplomatique, una publicación afín al reino de Marruecos, había publicado un artículo donde cuestionaba la independencia de este periodista español especializado en el Magreb; lo acusaba de operar “entre bastidores” en cada crisis marroquí-española y de supuestamente recibir “fondos ministeriales secretos españoles”.
A Cembrero le pareció una más de las respuestas de incordio que suelen provocar en Marruecos sus artículos, publicados las últimas tres décadas en El País, primero, y en El Confidencial, actualmente. Sin embargo, al leer la parte final del texto se alarmó al descubrir algunas ideas que sólo había externado en dos mensajes privados de WhatsApp mediante su teléfono celular.
“Cuando leí el contenido de dos WhatsApp míos en la crónica del director de Maroc Diplomatique deduje que esos mensajes se los tenían que haber enseñado los servicios secretos de ese país al periodista y éste los utilizó en su artículo. Esto fue un mes antes que Forbidden Stories y 17 medios alrededor del mundo hicieran pública la investigación sobre la infección masiva de 50 mil teléfonos con el programa espía Pegasus, siendo el mío el primer teléfono español infectado que se detectó”, relata Cembrero en entrevista.
A los pocos días, miembros de Forbidden Stories, la organización que coordinó Pegasus Project –investigación periodística en la que participó –, contactaron a Cembrero para confirmarle que el suyo era uno de los teléfonos infectados con el espía, todo ello antes de