Ser o no ser elegante es una elección y una virtud que se cultiva, pero ¿uno se sabe elegante por sí mismo o lo tiene que dictaminar alguien más? Este concepto se remonta a la Antigua Roma, cuando Nerón contaba con un arbiter elegantiarum entre su séquito. Petronio era el 'arbitro de la elegancia' del emperador; según escribe Tácito, el consejero se pasaba el día durmiendo y por la noche se levantaba para realizar todos sus quehaceres y a disfrutar de los placeres de la vida. Pero ante una imagen de alegre derrochador, este personaje lo caracterizaba su exquisito gusto y el césar no movía nada sin antes consultárselo.
En la actualidad, aunque la elegancia aún implora ciertas reglas, estas se han difuminado para entrar en un espectro más amplio. La forma de vestir casual ha ido en picada tanto fuera como dentro de la oficina. La línea que separaba el vestir profesional del personal es cada vez más angosta, hasta resultar casi imperceptible. Sin embargo, la elegancia cabe en esos dos ámbitos y en otros más, porque esta cualidad es una forma de presentar lo que somos sin palabras.
Aunque es un fuerte signo de valores sólidos que abarcan tanto la educación como el buen manejo del lenguaje de la moda, a día de hoy encuentra formas de sobresalir en cada gesto que hacemos. En esta época de cambios e incertidumbre, se posiciona como un sólido pilar de la estabilidad.
Dejando fuera la superficialidad, Forbes presenta a las 50 personalidades del panorama empresarial español, donde entran emprendedores y ejecutivas infatigables, gurús nacionales o de líderes de opinión especializados, activas en el territorio digital u offline. Destacamos que no todo depende de la marca que vistes para llegar lejos. Se valora el esfuerzo del trabajo a lo largo de su carrera profesional para llegar donde están. Los logros profesionales también hablan de esa elegancia que conocemos como confianza.
SANTIAGO ASENSIO
Director de Comunicación de Cartier Iberia
Inició el año 2021 con nuevos propósitos y responsabilidades convirtiéndose en parte importante del equipo español de esta firma francesa de joyería y relojería. Este cargo lo posiciona como un referente en la categoría de lujo del panorama nacional y del vecino lusitano. Anteriormente, fue parte de L’Oréal y de la agencia de relaciones públicas Área Comunicación Global, donde permaneció diez años ejerciendo diferentes responsabilidades hasta llegar a ser director ejecutivo. En dichas empresas tuvo bajo su mando