La oscuridad, representada para los mexicas por su dios Tezcatlipoca, fue asumida a partir de la Conquista española como símbolo del mal a través de míticos personajes, como el Charro Negro. De acuerdo con una descripción genérica, este era "un hombre hermoso, de cuerpo varonil, moreno, con azabaches bigotes, vestido de negro y plata, con todos sus dientes de oro. En algunas ocasiones porta un sombrero de charro y en otras, tejana de palma. Se pasea por las calles montado en un brioso corcel negro que arroja lumbre del hocico, aunque también se le ha visto conduciendo un carruaje muy largo".
A partir de este retrato, en palabras de Vania