PERIODISTA
Aunque cueste creerlo, son escasos los bronces de la antigua Grecia que han sobrevivido hasta el presente. El porqué causa estupor: la mayoría terminaron refundidos para darle otros usos al metal, no pocas veces reciclado para fabricar armas. Este menosprecio del patrimonio cultural proliferó, sobre todo, en épocas con una menor conciencia histórica y arqueológica que la actual (el ultraje prosigue, pero con cuentagotas). En muchos casos, el estrago tuvo lugar, incluso, con esculturas que proclamaban a voz en grito tanto una calidad artística fuera de lo común como una antigüedad más que respetable.
Vacaciones con sorpresa
Un ejemplo concreto de los tesoros que pudieron perderse por ese negligente reaprovechamiento material lo viene dando, desde hace cincuenta años, lo contrario: dos admirables estatuas de la Grecia clásica que han llegado a la actualidad en un estado encomiable. Nadie tuvo la ocurrencia de devolverlas a