Entre las bambalinas de cualquier teatro del West End de Londres los actores se felicitan en susurros antes de salir al escenario para recibir los aplausos y el cariño de la audiencia. Por el rabillo del ojo, un miembro del elenco cree ver una sombra que desaparece atravesando la pared. Pensando que se trata de una mala jugada producto del subconsciente, el artista, como otros tantos antes que él, se sacude la cabeza y da un paso adelante hacia la primera fila. Mientras agradece su presencia a las personas de carne y hueso que se han acercado al teatro para verle, no se percata de que hay otros seres, como aquella visión fugaz anterior, que disfrutan de su actuación el resto de los días del año: los fantasmas que habitan en los teatros de Londres.
Según Nicholas Bromley, miembro de la (SPR) y autor del libro , todos los teatros de la capital británica están embrujados por seres que no pertenecen al mundo de los vivos. Desde espectros infantiles hasta animales felinos, las butacas de estos edificios han sido y siguen siendo testigos de experiencias paranormales que se escapan al raciocinio. Si tuviésemos que nombrar al protagonista de este reportaje, a la actuación principal, al póster de publicidad más grande que adorna las paredes del metro de Londres, éste sería el Theatre Royal de la calle Drury Lane. No en vano, este teatro se enorgullece de ostentar el título de ser el más embrujado del Reino Unido, aunque hay autores que incluso extrapolan este galardón a nivel mundial.